Es una pena que Rubén Darío sea poco conocido en Italia, sobretodo porque la traducción de sus poemas en este idioma, aunque fiel al 100% a la original, pierden la armonia y el sonido original del castellano. Esta es mi propia versión, el sentido y la armonia del original está respetado.
L'inevitabile (Lo fatal).
Beato è l'albero che appena è sensitivo,
e ancor più la pietra dura, la qual neppure sente,
non v'è dolor più grande che quello d'esser vivo,
né più gravosa pena v'è della vita cosciente.
Essere e non saper nulla, non aver meta certa e vivere,
e il timor del passato ed un futuro terrore...
la paura che la morte domani ti venga a prendere
e per la vita e per l'ombra sentir un gran dolore
e per l'ignoto di cui sol si sospetta,
e la carne, che coi suoi freschi grappoli ci alletta,
e la tomba, che coi sui tristi fiori ci aspetta,
e non sapere dove andiamo,
né da dove veniamo!...
Este poema fue escrito en 1871, 110 años ante que yo naciera por el poeta italiano Giosuè Carducci en conmemoración del la muerte de su único hijo pequeño. Espero que mi versión en castellano os guste.
Llanto antiguo
El árbol al cual tendías
la muy chiquitina mano,
y aquel tan verde granado
de hermosas y rojas flores
en mudo y desolado huerto
vuelve enverdeciendo ahora
y junio ya lo conforta
con su luz y con calor.
Tu flor de mi propia planta
golpeada y ya marchita,
y de esta mi inútil vida
extrema y única flor,
estas en la tierra fría,
estas en la tierra negra,
jamas este sol te alegra
ni ya te despierta amor.
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Este poema fue escrito en 1803 por el poeta italiano Ugo Foscolo. Es un “soneto” y en mi versión en castellano he buscado mantener el ritmo de su versión original y su mensaje.
Por la noche
Tal vez por ser de aquella paz eterna
la imagen, para mi tan querida eres
Noche! Y cuando te cortejan felices
nubes calientes y brizas tranquilas,
y cuando nubes cargadas de nieves,
traen oscuridades aun más negras,
siempre me bajas invocada, y vienes
por secretos caminos y me llevas.
Mis pensamientos van detrás de la huella
de la nada eterna; y entretanto huye
este culpable tiempo, con aquella
tensión que en el corazón me confluye.
y mientras miro tu paz, duerme en ella
el alma guerrera que en mi refluye.